"He pensado que, no solo se debe leer este blog, sino que se debe disfrutar leyendo de él. Por eso, he puesto una seleccíon de músicas. La primera es una sonata de Johann Sebastian Bach (de la cual recomiendo los vídeos 3 y 4, que son una versión ampliada de los vídeos 1 y 2), la segunda es la marcha Radetzki, y la tercera es el canon de Pachelbel. Espero haber elegido bien."

jueves, 17 de noviembre de 2011

Cambiémosle el narrador

Para esta redacción, en la que había que cambiar el narrador de un cuento, he decidido elegir el fragmento del Principito en el que visita un planeta únicamente habitado por un farolero. Espero que os guste.

Y, por fin, tras un tiempo de infinita soledad, yo, un farolero en un planeta enano, tenía visita.
La persona que tenía enfrente era baja, con ojos azules y el pelo dorado, vestido con una capa azul.
-¡Hola!- me dijo.
-Buenos días- y apagué el farol.
-¿Cómo se llama este planeta?
-Buenas noches- y encendí el farol- Se llama B612.
-¡Qué nombre tan raro!¿Y por qué se llama así?
-Buenos días- y apagué el farol- No es exactamente un nombre. Es un código.
-¿Quién le puso ese código?
-Buenas noches- dije de nuevo, encendiendo el farol- Le llamó así un astrónomo turco.
-¿Por qué dices todo el rato buenos días y buenas noches?
-Buenos días. Como es un planeta tan pequeño, los días y las noches pasam muy rápido. Imagínate que mientras háblabamos han pasado tres días. Buenas noches- Y encendí el farol.
Entonces, él se quedó mirando al planeta, con cara de curiosidad. Y me volvió a abordar con otra pregunta, casi sin darme tiempo de apagar el farol:
-Entonces, hay un montón de puestas de sol.
-Sí, así es. Buenas noches.
-En mi planeta también hay muchas puestas de sol, pero no tantas como aquí. A mí me encantan las puestas de sol; cada vez que quiero ver una, sólo tengo que mover un poco mi silla y sentarme.
-Buenos días. Eso es genial.
Y él se quedó mirando con una cara de infinita alegría las puestas de sol, que se sucedían continuamente sin parar nunca. Y me dijo, sin mirarme:
-¿Sabes qué? En los otros planetas en los que he estado había un bebedor que no paraba de emborracharse, un contable que contaba cosas sin sentido, y un rey que no gobernaba a nadie. De todas esas personas, tú eres la única que hace algo con sentido.
Y se marchó en busca de un nuevo planeta y de una nueva aventura.
-Buenas noches- dije, con unos lagrimones enormes en los ojos. Por fin había alguien que reconocía mi trabajo. Fue el momento más feliz de mi vida.

Y apagué el farol.

martes, 8 de noviembre de 2011

Mis recuerdos perdidos

No rercuerdo muy bien el primer día de colegio, pero mis padres me lo repiten constantemente. Me dicen que todos empezaban el colegio llorando menos yo.
La primera profesora que tuve se llamaba Mª Carmen. Era Baja y gorda, con los ojos de un azul penetrante, y una voz muy dulce. Con ella hacíamos de todo: aprendíamos las letras y los números, pintábamos con los dedos, plantábamos garbanzos...
En el patio de recreo, había una elevación del terreno, y mis amigos y yo jugábamos a tirarnos por esa montaña a rolos mientras gritábamos: "¡ RATATATATATATATÁ!", grito coincidente con el nombre del juego, hasta que llegó el fútbol, deporte que a mí no me gustaba y me quedaba mirando como jugaban los demás.
Pasó un año y llegó un nuevo curso, y con él, una nueva profesora, Dori. Dori era la antítesis de Mª Carmen. Era alta y delgada, con los ojos de un color miel impenetrable, y una voz chillona y desagradable.
Recuerdo que con Dori aprendí por primera vez inglés, y que había un póster pegado en una pared del aula que tenía por título "The farm" (La granja).
Los años pasaron sin trascendencia hasta sexto de primaria, año en que yo cambiaba de colegio. Ni el más risueño de los risueños pasó sin llorar en final de curso.
Pero pasó el tiempo y llegué aquí, al Montojo.
Una vez llegado yo al Montojo, el cambio más significativo que he notado ha sido la disminución de min aficción al fútbol y el aumento de mi aficción por el baloncesto.

"Nadie se puede escapar, nadie se puede borrar. Todo el mundo listo para bailar el vals de los recuerdos".

Teorema de Pitágoras

Teorema de Pitágoras
Teorema de Pitágoras. El cuadrado de la hipotenusa es igual a la suma de los cuadrados de los catetos.

Números triangulares

Números triangulares
Números triangulares. Son números naturales que se pueden expresar en forma de triángulo, tal y como los de la figura anterior.

Números cuadrados

Números cuadrados
Números cuadrados. De igual forma que los anteriores, son números que se pueden expresar en forma de cuadrados como en la figura anterior.